La Universidad ha sido en la historia política reciente, ejemplo de la transformación que la sociedad venezolana ha experimentado, en buena medida, gracias al proceso de masificación de la enseñanza que sin duda contribuyó a darle movilidad social al ciudadano venezolano, por lo que es posible encontrar una valoración positiva muy significativa sobre la Educación, en todos sus niveles, y especialmente, en el Universitario. Eso explica el lugar que tiene el Profesor Universitario en la sociedad venezolana.
En la obra The Road to Academic Excellence The Making of World-Class Research Universities (Philip G. Altbach and Jamil Salmi, Editores:2011), encontramos una muy interesante reflexión sobre el propósito de la Universidad y de las condiciones necesarias para ello.
“La Educación, o más específicamente, la Educación Superior, es la vía para el empoderamiento de las personas y el desarrollo de las Naciones. Esta práctica es tan generalizada que las Naciones están luchando por crear instituciones y organizaciones que faciliten el proceso de creación de conocimiento. La generación de conocimiento ha sustituido la propiedad de bienes de capital y la productividad del trabajo como fuente de crecimiento y prosperidad. Innovación es visto como el mantra para el desarrollo. La Universidad moderna es el espacio ideal para el ecosistema de eruditos para buscar nuevas ideas en un espíritu de libre investigación. La creación de conocimiento requiere de una red de expertos activamente vinculados a su pesquisa porque la búsqueda de lo desconocido es producto de mentes comprometidas, desafiando constantemente lo conocido en un entorno propicio. En la historia humana, la Universidad ha sido una de las grandes instituciones que ha surgido y persistido. Su estructura, sin embargo, ha cambiado durante siglos“ (2011: xiii).
En los últimos 14 años de gobierno en Venezuela, hemos sido testigos de políticas educativas que rompen con ese propósito, cuando la búsqueda del conocimiento es considerada como contraria a los objetivos de un proyecto político que privilegia la sumisión ideológica en lugar del debate y la discusión. Cuando se promueve una legislación que condiciona el pensamiento, exigiendo la consagración a un solo modelo, se obvia la naturaleza comprometida con la creación de conocimiento, donde se procura una simple transmisión de “saberes“ como si se tratase de productos prefabricados o ya digeridos, que no estén sujetos a discusión alguna.
Por supuesto que en estos 14 años, al Gobierno le ha sido muy difícil someter a la Universidad Autónoma, no solamente en términos electorales sino fundamentalmente, en cuanto a lo ideológico. Es en esa naturaleza cuestionadora, nada conformista y muy batalladora que la Universidad venezolana se encuentra, como siempre ha sido en su historia, resistiendo el deseo del poder político de arrodillarla, a través de la asfixia financiera, por lo que las condiciones son sin duda, las más dramáticas que le ha tocado vivir en términos materiales.
Hablemos de esa realidad:
SALARIO
El salario mínimo en 1999 estaba en 120 Bs (198,12$) y el cambio en 699 Bs (0,6057 Bsf) por dólar con una inflación ubicada por el orden del 20,03%. En 2013 el Salario Mínimo es de 2.457,02BsF (390$ a razón de 6,30 BsF por dólar), con la Canasta Alimentaria Normativa (Mayo) situada en los 2.411 BsF y la Canasta Básica Familiar en 10.441,02BsF.
La Tabla Salarial de los Profesores Universitarios es la siguiente:
Ningún Profesor universitario puede cubrir el costo de una (1) Canasta Básica Familiar, sin considerar que no es lo mismo para un Profesor vivir en Barinas que en Caracas (en relación al Costo de la Vida) pero sí tienen la misma Escala Salarial.
El tema de la Educación es complejo, mucho más cuando abordamos las variables intervinientes. El Censo de 2011 arroja que un total de 2.662.583 personas se encuentran fuera del sistema escolar. Eso retrata una realidad social con significativas deficiencias que afectarán su capacidad para la construcción de capital social. La población en el sistema educativo venezolano representa 31,7% de la matrícula con respecto a 24.631.900 (Censo 2001). En el año 2009 la cifra fue de 37,5% para una población de 27.934.783. El Estado venezolano destinó en 2007 un 3,69% del PIB a la Educación, por debajo del promedio de 15 de 17 países de América Latina y el Caribe y de Europa, que es de 4,8%.
La situación se agrava porque en las universidades autónomas, en 2012 se recibieron recursos dirigidos para Investigación, por el orden del 0,9% del PIB de la nación. Mientras que un 1% del PIB era destinado para gastos de Seguridad y Defensa.
Durante el año pasado (2012) el Gobierno gastó en armamento 643 mm de $, un 6.8% más que en 2011, (602 mm de $). De acuerdo con cifras manejadas por PROVEA (http://www.derechos.org.ve/2013/04/16/rafael-uzcategui-venezuela-y-gasto-militar/), el gobierno venezolano destinó mayor presupuesto para armamento en lugar de dirigirlo a otros entes gubernamentales. Se gastó 3 veces más en armas que en el Ministerio del Servicio Penitenciario, 3.5 veces más que lo destinado a Deportes y Cultura, 9.3 veces más que lo asignado al Ministerio de la Mujer.
Eso explica sin duda el porqué de las distorsiones que observamos en las dos gráficas previas, entre los Militares y los Universitarios, y queda claro que no existe una correlación entre la Universidad como generadora de conocimiento para el desarrollo social y el objetivo de utilizar a la Educación como un recurso de adoctrinamiento. Ante esa realidad, a la que la Universidad venezolana se ha negado, es que se encuentra luchando porque no se trata solamente de un Salario Justo y Digno, es el derecho a ejercer la labor universitaria con dignidad, sin ser sujeto de subordinación a ninguna corriente de pensamiento, sin ser esclavo de un proyecto político, porque la Universidad venezolana no dejará de ser lo que ha sido siempre, un espacio de lucha para aquellos que solo tienen las armas de las Ideas.