La caracterización del ámbito ideológico desde la división izquierda y derecha tiene un origen y una evolución que posiblemente escape del conocimiento popular. Históricamente, la distinción entre izquierda y derecha obedece a la ubicación que en la época de la Revolución francesa (1789) tomaron los burgueses en el marco de los Estados Generales, y que los republicanos mantuvieron durante la Asamblea. Sus contrarios, ubicados a la derecha de la Cámara, fueron los nobles y conservadores, se trataba entonces de la oposición entre el Antiguo Régimen y el Nuevo Régimen.
Esa oposición, representada por el antagonismo izquierda – derecha, trasciende la dialéctica política al considerar además la discusión económica y social, en la que no solo se opone la Monarquía a la República, sino un orden económico y social, la aristocracia y economía feudal, frente a la burguesía capitalista, que luego sería retada por el proletariado, actor fundamental en el discurso de la izquierda. La concepción de estas nociones descansa no solamente en las ideas políticas, sino en su relación con la estructura económica y social.
Izquierda y derecha, ayer y hoy
Con el tiempo, el liberalismo tomó la forma de una política más conservadora que en sus inicios, abogando por mantener el orden político tradicional, frente a otras opciones revolucionarias (socialismo, anarquismo y comunismo) que favorecen el cambio de ése orden. Las etiquetas se ajustaron a esa dinámica, que le reconoce a la izquierda las banderas de la igualdad social como justicia social.
Ahora bien, no siempre las etiquetas describen las representaciones a las que aluden de forma que conduzcan a una comprensión universal, por ejemplo en Estados Unidos, el partido demócrata (liberal) se considera más cercano a la izquierda de acuerdo al espectro político que predomina en ese país. En Venezuela, tenemos partidos que abarcan desde la socialdemocracia (AD, MAS, UNT), pasando por el democristianismo y socialcristianismo de COPEI, hasta la izquierda representada por el PCV, LCR, para mencionar solo algunos.
Etiquetas pret-a-porter
Es posible que se deba al agotamiento de una taxonomía que aun cuando ha evolucionado de acuerdo a los cambios epocales, no deja de ser insuficiente para esta complejidad postmoderna en la que unas etiquetas surgidas en el Siglo XVIII no la representan.
Pero tampoco hay la capacidad (o voluntad) suficiente en las organizaciones políticas para trascender esas categorías, por el contrario, se agotan en una lucha por asimilar a la fuerza unos atributos que luego en la praxis política representan sus más profundas contradicciones.
Es mucho más honesto construir la identidad política a partir de la visión que se tiene sobre relación entre la conducción política y la estructura económico-social, en lugar de pretender la promoción de un corpus ideológico con el cual no se tiene mayor empatía (o en el peor de los casos, se desconoce).